Nubes: Las mañanas de algunos días si es difícil encontrar una ilusión con la que levantarse. Las cosas feas con las que es necesario cruzarse por la vida. Los problemas reales que pinchan en el corazón. Miedos, los verdaderos y los falsos, arrepentimientos, sensación de culpa. Las necesidades que impone la vida (aunque cada vez van siendo menos). Cuando una alegría o una sonrisa no tienen con quien ser compartida. No ser capaz de pedir un abrazo porque te sientes débil. Hay lugares y ciudades que son grandes nubes negras, también hay personas que son enormes nubes negras (de esas hay que procurar mantenerse lo más lejos posible). Algunas noches de cansancio y melancolía tan llenas de soledad. Cuando el mar queda lejos. Algunos recuerdos.
Claros: Esas otras mañanas que comienzan con sonrisas entre las sábanas. La ilusión por las pequeñas cosas. Las cosas hermosas, aunque no tengan valor, esas cosas iluminan la vida. Cuando caminas con seguridad y tienes la sensación de que nada puede dañarte. Sonreír mirando los ojos de alguien sabiendo que te comprende. Los animales. Las risas. Los juegos. Soñar sin importar si los sueños se harán realidad. Desear. Dibujar y escribir, mis mañanas en el estudio. Los besos. Comer sola junto al patio. El mar, siempre el mar, es un claro infinito. Algunos espacios que son refugio. La música. El silencio. Los colores. Las velas con sus luces y sus penumbras. Las caricias y las palabras que acarician. Algunos recuerdos.