sobre las cosas del vivir
miércoles, 4 de septiembre de 2013
por qué escribir?...
Rebeca me ha regalado un libro: "I RACCONTI" de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Hace tiempo que lo buscaba para mi, lo ha encontrado en Madrid, en italiano. Quería dármelo la próxima vez que le cortase el pelo, como agradecimiento a esas furtivas sesiones de peluquería que hacemos de tarde en tarde, cuando me lo pide, a la hora del recreo o en algún momento libre entre clase y clase. Soy yo la que le agradece a ella que me deje cortar (como si estuviese pintando un cuadro) su precioso pelo. Pero nos hemos visto por casualidad en los últimos días de este verano difícil y me ha dado su regalo con antelación, se lo he agradecido mucho porque así puedo comenzar el curso con la ilusión de otro libro nuevo. Rebeca sabe que me gustará y yo sé que ella sabe lo que me gusta, por eso he abierto el libro como si abriese el cofrecito de un tesoro.
No he pasado de la primera página, la introducción a "Recuerdos de la infancia". Dice Lampedusa que acaba de releer "Henry Brulard". La primera vez que lo leyó no le gustó porque estaba aún bajo la obsesión del "bello explícito" pero ahora no puede contradecir a quién lo califica de obra maestra de Stendhal. (Yo no he leído "Henry brulard", siento de golpe la necesidad de buscarlo y leerlo).
Dice sin temor Giuseppe Tomasi que quiere intentar hacer lo que hace Stendhal, la inmediatez de las sensaciones, la sinceridad, el esfuerzo por desenterrar los estratos de los recuerdos, las impresones tanto más preciosas cuanto más comunes. Dice que para quien se encuentra en el declinar de la vida es casi una obligación intentar recopilar la mayor cantidad posible de las sensaciones que han atravesado nuestro organismo. Pocos conseguirán hacer una obra maestra (Rousseau, Stendhal, Proust) pero a todos nos debería ser posible preservar algo de lo que sin este esfuerzo se perdería para siempre. Tener un diario o escribir a una cierta edad los recuerdos tendría que ser un deber.
Todo eso dice Tomasi y yo, al abrir el libro, en la primera página, encuentro la respuesta a las ganas de buscar en la memoria, la justificación a éste ir escribiendo sin pretensiones, sin motivo, sin valor, sin trascendencia. También yo a una cierta edad he comenzado a desenterrar los recuerdos y las sensaciones, que de todos modos, se perderán para siempre.
¿Por qué escribir?
Gracias, Rebeca, por regalarme una respuesta.
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Me encanta esta entrada.
ResponderEliminarGracias, sabes cuánto valoro lo que opinas! Y cuánto me sirven siempre tus palabras...
EliminarQuerida Elvira, este escrito viene muy al caso de lo que me ha pasado este verano. En Portugal me abrieron el coche y se llevaron una mochila que contenía un cuaderno con escritos muy personales. Eran reflexiones sobre asuntos vividos, sobre libros leídos y sobre textos sobre educación. Qué rabia me dio. Me quedé desmoralizado. Es bueno utilizar la escritura para ordenar las ideas, para generar memoria. También es bueno el desapego a todo porque todo es efímero. Flipo con tus escritos, y los sigo aunque no siempre comente. Un abrazo muy grande
ResponderEliminarOh Gabriel! Cómo entiendo tu rabia! Seguramente el que te robó no sabe que en esas palabras escritas se llevaba algo tan valioso. El consuelo está en volver a empezar y seguir recopilando, quizás ahora con más ganas aún. Por favor no lo dejes. Tú además tienes la ilusión de dejarles a tus hijas esas palabras que llegará un día que valoren como el mejor regalo.
EliminarNo puedes ni imaginar la ilusión que me hace que leas estas cosillas. Sabes que yo siempre te he admirado. Siempre.
Un beso con toda el alma.
It has been a pleasure. R.
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