sobre las cosas del vivir



domingo, 22 de septiembre de 2013

sirena...




Aquel verano mi padre se había fabricado un arpón, talló la punta blanca de asta, afilada y suave de tanto haberla limado y acariciado con sus manos, la ató a una vara flexible de olivo con un hilo de seda que enceró hasta conseguir que aquel objeto fuese bellísimo y muy eficiente. Así son todas las cosas que ha hecho mi padre, bellísimas y precisas, no hace más que lo que a él le apetece hacer, nunca lo he visto trabajar por obligación, siempre por amor, un amor extraño a lo que está haciendo que, sin embargo, fácilmente puede truncarse en abandono y he visto muchos de esos objetos bellísimos que salían de sus manos y de su amor morir olvidados, no he comprendido nunca el motivo pero ahora, al pasar los años, reconozco en mi la misma capacidad de abandono y de olvido.
Aquel verano mi padre fabricó un arpón y se dedicó a pescar pulpos en las rocas, las gafas de bucear y el arpón, nada más, nadaba despacio para poder verlo todo. Tardé una semana en convencerlo para que me dejase ir con él, yo tendría 6 o 7 años pero nadaba muy bien, nunca me cansaba ni tenía frío, aguantaba la respiración y era capaz de nadar tan despacio o tan rápido como mi padre. Yo iba tras él, algunas veces agarraba su tobillo y él se giraba, nos mirábamos bajo el agua, no teníamos que hablar, aún hoy no tenemos que hablar para entendernos, conservamos el recuerdo de aquellas miradas líquidas. Si yo había visto el pulpo escondido entre las algas o las rocas él bajaba y con una destreza que aún hoy me sorprende, lo pescaba y me lo daba a mi, yo me lo pegaba en el brazo o en la pierna si era más grande y nadaba hasta la orilla, orgullosa de la pesca, como una niña salvaje salía del agua y lo dejaba allí, entonces volvía nadando hasta donde estaba él, algunos días pescábamos 5 o 6.
Me dijo mi padre una mañana de aquel verano que a mi me había pescado también, que yo era una sirena chiquita que vivía en unas rocas que hay más lejos, vio mis ojos azules del color del mar, y me siguió durante una mañana entera porque me escapaba como un pececito, pero no me resistí tanto como los pulpos, fui fácil de capturar.

Por eso amo tanto el mar, por eso cuando me alejo de la orilla me siento feliz, me siento feliz cuando nado con los ojos abiertos y cuando bajo al fondo, me siento feliz en el silencio del mar, en el sabor a sal, en el olor de las algas.
Si mi padre no me hubiese pescado aquel día quizás yo habría sido siempre feliz.



12 comentarios:

  1. Es lo Mismo que hace unos días le preguntaste a tu madre y que me impresionó, por que te había hecho vivir. Hoy le dices a tu padre que te sacó de tu mundo, donde podías haber sido feliz.
    Tienes piernas, sirena,!

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    1. Sí, tengo piernas y no sé a qué mundo pertenezco. Gracias por tu comentario,

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  2. Hay personas que no son de este mundo. Algunas deciden irse. Otras se quedan. Tú has decidido quedarte.

    Has decidido quedarte? O te has dejado estar?

    A veces me parece que realmente lo lamentas.

    Hay días en que al leerte me pregunto si no nos estás avisando que pronto te irás.

    :

    Ahora pienso en el film "El Secreto de Roan Inish"...




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    1. Creo que me dejo estar, algunas veces me he alegrado mucho de estar aquí. Y me alegro.
      Me preocupa que de de la sensación de que quiero avisar. No lo creo, pienso que será el silencio lo que avise, no las palabras.
      Tengo que buscar esa película y verla. "El secreto de Roan Inish"

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  3. Me gusta esa niñita que nada bien y que no tiene frío ni se queja, que se aventura, y no teme a los animales, ni siquiera a los que se toman de su pierna.

    Me gusta cómo se entiende con su padre, que la ha llevado consigo a un paseo mágico, y le ha contado una historia fantástica, que hasta puede ser verdadera.
    Me gusta saberla viviendo temporadas al sol, llena de aire y mar libre.

    Me pregunto si ha conocido el desamparo, la brutalidad, si esconde un Hamlet.

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    1. Sí, dos o tres años después de aquel verano conoció la brutalidad. Le ha costado la vida intentar olvidarla y perdonarla...

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    2. Ayer he soñado contigo, y sé que lo he mezclado todo, las diferentes conversaciones en los últimos posts...empezando por La Libertad... Soñé que tu madre se había marchado voluntariamente y que tu eras pequeña. Decías, "he tardado mucho en alegrarme por ella".

      Hoy leo que sí has conocido la brutalidad, pero no es esa que yo soñé, no es cierto?

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    3. Me sorprende que hayas soñado... Y... Esa frase la soñaste escrita o dicha... Le pusiste acento en este idioma que escribimos? ... Le pusiste cara?...porque a mi me es imposible.

      No fue eso que soñaste... No...
      Espero que nadie nunca sueñe lo que sucedió.

      Gracias...

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  4. Creo que el sueño tuvo su origen en algo que escribí en La libertad respecto a la muerta voluntaria, pero que a último momento borré porque era demasiado personal y temí que tomara la forma de un golpe bajo.

    Eso que quedó sin decir se dijo en un sueño de la mente, lo que llamo de "sueño bajo"... Una niña de lejos, sabía que su madre había decidido dejar su vida, luego una voz adulta, "he tardado mucho en alegrarme por ella." La hermosa muerte de la que hablaba Montaigne, quien finalmente terminó eligiendo una menos estética, había liberado a la madre, pero desolado a la niña.

    :

    Me preguntas, "le pusiste cara?" (A quién?)

    :

    Yo sabía que no fue esa la brutalidad que tu viviste. Y me lo confirmas.
    Siento en el alma que hayas vivido eso tan brutal. De lo brutal no se aprende nada más que vigilancia.

    Por eso me asombra que no temas andar sola. O es que solo sola te sientes a salvo?

    Te abrazo sin daño.

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    1. Me conmueve tu comprensión. Se aprende vigilancia y muchísimas otras cosas que pueden ser buenas también, te agradezco también que borrases aquello que habría podido malentender, agradezco también tu delicadeza y por supuesto que sé que tu abrazo no daña.
      gracias de nuevo...

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  5. Sirena y serena...dos cosas de ti que me encantan...lo primero es prácticamente natural, lo segundo aprendido y muy trabajado...ole tus ovarios!

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