sobre las cosas del vivir



miércoles, 14 de diciembre de 2011

venta "el pasado"...



Antes de cruzar la carretera que bordea la costa, en la esquina de una caseta abandonada hay un jazmín grande, no comprendo como estando frente a las olas puede tener jazmines todo el año. Yo siempre cojo jazmines y me los meto en los bolsillos.
Al entrar en la venta hay un momento de confusión porque todo está oscuro y frío, incluso en verano. A la izquierda, al fondo de la barra, está la puerta de la terraza. Es allí donde comienza el pasado.
Un murito blanco acota el espacio donde están las mesas sobre el suelo de cemento sin pulir, después el mar, una franja de playa llena de piedras y el mar. Todo es pasado allí. No se ve nada que no sea pasado, ni la carretera, ni los coches, ni ningún edificio. Sólo el murito blanco, el suelo de cemento, las mesas con el mantel de cuadros verdes, el mar. Antes del mar unas pitas, las mismas que llenaban las playas de mi infancia. Ahora han florecido. Rompen el horizonte y el mar.
Hay también algunas latas viejas con geranios apoyadas en el alféizar de las ventanas. Todo me hace sonreír y repetir una y otra vez a todo al que llevo a ese lugar que es como viajar al pasado. En el pasado no es que se coma demasiado bien, pero no importa, todo sabe a gloria, como sabían las patatas fritas mezcladas con la sal del mar y algo de arena en la playa de la niñez, o como la paella del chiringuito, aquellos sabores del pasado que no tienen que ser buenos para gustar.
Las personas que atienden las mesas son muy amables y sonríen sin dificultad. Siempre pido tomate con sal y cuscús de verduras. Por un módico precio se viaja al pasado y se respira mar.

El nombre de la venta no es "el pasado", pero si se quiere preservar el pasado no se puede publicar en un blog, aunque casi nadie lea el blog. Las cosas mágicas hay que cuidarlas mucho.

2 comentarios:

  1. Así me imagino el escenario de "L'étranger"...esa luz cegadora y el mundo como un lugar vacío

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