La luna grande dejó huella en la orilla. Se hizo denso el mar y subió en un inmenso latido. Pasó cerca la luna y el mar quiso tocarla. Por mucho que se alargue la caricia efímera que la luna le hace.
Sufre tanto mi mar querido al no poder besarla.
Deberías haber colgado el video que me has mandado del barco navegando en el rayo de la luna, es increíble oír el rumor de las olas sobre el rayo. En las fotos no se aprecia. Gracias por mandármelo. Un beso.
ResponderEliminarQuería colgarlo aquí, pero no sé como hacerlo. Mi torpeza es tan larga como el rayo de la luna, o mi pereza para la tecnología tan profunda como el mar... Felicidades de nuevo.
EliminarMe perdí esa luna. Su rayo. Y los lamentos del mar por no poder besarla.
ResponderEliminarEs precioso lo que has vivido.
Te perdiste la luna grande y orgullosa que pasó su caricia plateada por la piel del mar?
EliminarYo me lancé a su rayo, quise romperlo porque estaba celosa, no sirvió de nada, sabes? El mar siguió deseándola y la persiguió toda la noche. Pero la luna siempre se va, yo me quedo...