sobre las cosas del vivir



jueves, 9 de mayo de 2013

una mañana de primavera...



Aunque lo normal sea el asfalto y el ruido, la tecnología, las cosas cada vez más lejanas, más difíciles y más frías (las personas también). Aunque se dependa tanto de tantas cosas que parece que nunca son suficientes. Por mucho que el mundo intente hacernos creer que ya dominamos y controlamos la vida, hay momentos, especialmente en primavera, en los que algo primitivo dentro de nosotros nos hace comprender que seguimos siendo parte de la naturaleza y que como el jazmín y la bisnonia, el prunus o la hierba buena, es posible renacer. Como los pájaros es posible, sin motivo aparente, levantarse contento y cantar.

En una mañana de primavera el patio rojo, tan pequeño, tan poca cosa, es un paraíso donde volar.


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