sobre las cosas del vivir



jueves, 5 de enero de 2012

nácar...



Hay objetos que llegan por casualidad y se hacen fuertes en la vida (también sucede con algunas personas).
Yo hice una reforma en esta otra casa, no es la casa blanca y pequeña que está entre la montaña y el mar. En esta casa quise buscar colores y que los espacios fuesen diáfanos y versátiles. Tiene grandes cristaleras, al fondo el mar, como siempre en mi vida, el mar. A través de esas cristaleras grandes entra mucho sol y toda la luz. También entra mucho cielo y cuando sopla levante entra el viento salado llenando los rincones.
Sobre la mesa del comedor había soñado una lámpara antigua quizás y esperaba encontrarla en alguna esquina de la vida, yo siempre creo que las cosas y las personas aparecen si se desean. Pero hay cosas (o personas) que sorprenden, no se deseaban, no se habían ni imaginado, cuando llegan uno comprende que son perfectas. Apareció esta lámpara de nácar y la puse sobre la mesa del comedor, me gusta mirarla cuando está apagada, me gusta tocarla y abrir la ventana para que la brisa haga sonar su tintineo casi cristalino. Me gusta cuando la enciendo y se convierte en un foco dorado. Tiñe la habitación y me llena de felicidad.

Como las personas que no se buscaron y dan felicidad. Esas personas también son de nácar.

2 comentarios:

  1. Yo te mandé una foto de esa lámpara,la foto se llamaba "a good choice"...las lámparas y las personas se eligen,yo te elijo.

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