sobre las cosas del vivir



martes, 24 de abril de 2012

cabras...



Una carretera de montaña me lleva desde el pueblo donde vivo hasta la ciudad. Todos los días conduzco entre pinos y almendros, es uno de los placeres diarios que me regala la vida. Al medio día veo el cielo azul o las nubes galopar sobre los montes, huelo el tomillo y el romero del campo porque llevo las ventanillas abiertas. Tras las curvas y el tunel aparece el mar. Conozco ya las retamas y las higueras del camino. En invierno paro en el pinar y recojo piñas secas para encender la chimenea. En primavera intento salir con más tiempo y busco florecillas blancas o vinagretas. Por la noche, cuando vuelvo, miro la luna que siempre cambia o las estrellas, he visto también zorros que caminan sigilosos y alguna vez una ardilla.
En ocasiones invade la carretera una piara de cabras. Entonces paro el motor y disfruto de esos momentos de espera, los perros que las acompañan las dirigen con alegría, ellas obedecen aunque alguna se detiene a mirarme insolente y parece que sonríe como yo.

Hoy me he cruzado con las cabras. Han sido los cinco minutos más felices del día.

3 comentarios:

  1. Y una vez,acuérdate,viste una estrella fugaz roja y enorme que atravesaba el cielo...

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    1. Si, me acuerdo, también recuerdo el deseo enorme que pedí. Se cumplió...

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