sobre las cosas del vivir



sábado, 28 de julio de 2012

anoche...



Cuando atardeció se calmó el viento y el mar, tras la montaña el cielo se hizo magenta, todas las gaviotas dormitaban en la playita chica que hay en la bocana del puerto, miraban el anochecer, como yo, inmóviles y silenciosas.
Al atracar ya había algunas estrellas en el cielo violeta todavía. Yo encendí las velas y bajé a cocinar una pasta sencilla y fresca, por la tarde había ido a pasear, encontré romero y tomillo en un campo tras las casas del pueblo, los maceré con aceite y tomate, unas anchoas y aceitunas. La pasta al dente. Abrí una botella de cava frío, vino Ina y cenamos en una noche quieta y finalmente cálida. Pude ponerme un vestido de seda ligera. Llevábamos sobre la piel todo el sol y todo el viento del día.

Anoche brindamos entre risas por el verano y por la felicidad.


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