sobre las cosas del vivir



viernes, 16 de agosto de 2013

la monja...




Al entrar por esta puerta una monja ha tropezado y se ha caído. Se le ha levantado el hábito negro y se le han visto las piernas. Hacía mucho tiempo que no pensaba en esa palabra: hábito.
Las monjas de mi colegio de monjas llevaban el hábito morado y el velo malva, no era largo, sólo la madre Mercedes que era muy vieja llevaba el hábito hasta los pies. Las otras monjas lo usaban corto, bajo la rodilla, como nuestros uniformes azules, aunque las niñas mayores, las de las melenas largas y lacias se doblaban la cinturilla varias veces  cuando salían del patio para que la falda les llegase a la mitad del muslo. Los niños mayores del colegio de curas esperaban junto al portón y todos fumaban y reían. La madre Mercedes les regañaba al día siguiente pero lo hacía con tanta dulzura que no le hacían ningún caso, como si oyesen llover.
También fumaban en los servicios, las niñas mayores, pero si las pillaban entonces iban a la madre superiora, esa sí daba miedo.
La monja que se ha caído al cruzar la puerta que da al convento es de mucho antes que las monjas de mi colegio, esas eran más modernas, ésta es de hace un siglo o dos, por lo menos. LLeva un velo blanco y un rosario largo atado a la cintura. El crucifijo de madera se ha quedado en el suelo, tumbado junto a ella hasta que la han ayudado a levantarse. Yo no, no me he movido, estoy dibujando y lo veo todo desde fuera. La monja que se ha caído, el crucifijo en el suelo, la puerta de piedra, el violín del hombre toca a Chopin, todo es una escena que miro suavemente, como se ojea un libro de arte, pasando el dedo sobre las fotos de los cuadros, porque no son cuadros. Se puede ver el tema, las formas y los colores pero no se percibe la dimensión ni la textura. Eso sí, también emocionan.

Me emociona el recuerdo de aquella envidia lejana por querer ser más mayor y más alta, con el pelo largo y lacio, tener el valor de subirme la falda hasta el muslo y fumar. Querer con todas mis fuerzas que haya un niño mayor, el que me gusta en secreto, esperándome a mi en la puerta del colegio.




8 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho esta historia del colegio de monjas. Yo tambien esperaba que El Niño que me gustaba viniese a esperarme. No vino. El tuyo te esperó al final?
    Isis.

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    1. Hola Isis. Si te soy sincera no recuerdo qué pasó. Si vino a esperarme lo hizo cuando ya no me gustaba tanto, ni yo quería ya tener el pelo lacio ni fumar. Los deseos son así, verdad?
      Me alegra saber que estas cosas que escribo hacen recordar otras historias. Aunque no nos conozcamos parece ser que algunos hilos, de estos que tejen las historias, son comunes...
      Gracias por estar ahí.

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  2. Tiempo de recordar.
    Bonitos dibujos.

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    1. Gracias, anónimo. Por tu comentario, por decir que son bonitos los dibujos y por el tiempo de recordar.

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  3. Es precioso el dibujo que has hecho, mirando para ver.

    Lo que escribiste, "La monja que se ha caído, el crucifijo en el suelo, la puerta de piedra, el violín del hombre toca a Chopin, todo es una escena que miro suavemente, como se ojea un libro de arte..." me llamó la atención porque pensé que terminarías la frase con un "como si fuera un film", y no "como se ojea un libro de arte. Alguien notó que como vivimos mirando pantallas nuestra forma de percibir la realidad se ha vuelto similar a cuando miramos un film.

    :

    Ojear un libro. Hojear un libro. Crees que valen las dos formas? Pasar la vista. Pasar las hojas.

    :

    Qué sientes cuando dibujas?

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    1. Ojeo libros de arte, leo libros en papel, veo muy poco la televisión, me gusta mucho ir al cine aunque ahora no voy casi nunca, dibujar es otra actividad antigua de las que hago. Dibujar es detener el tiempo de algún modo, es aislarse de la prisa, es mirar lentamente, no ver como se ve un film, al dibujar se interiorizan las cosas, se percibe de otro modo, se aprende y se aprehende, se siente. Yo dibujo sin pretensiones, son cuadernos que después están en la librería entre otros cuadernos y otros libros, antes ni los enseñaba, ahora algunos me ayudan a escribir y los cuelgo aquí.
      Me encanta que me preguntes.
      Fue un buen día este día que empezó con dátiles y almendras?

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  4. Dialogo contigo. Te leo. Te cuento. Yo. Ojeo libros de todo tipo. Leo ensayos. Veo cine pero no voy al cine. Aqui donde vivo la gente, cuando va al cine, come, hace ruidos con la boca, mastica, sorbe, y hace sonar las bolsas de su "snack". Vade retro. Me gusta el cine pero el norteamericano es el que casi no veo.
    Dibujar no sé por eso admiro a quien dibuja. Y puedo entender que al dibujar se interioricen demasías, debes viajar estando quieta.


    Sabes? Lo que se hace sin pretensiones me cae bien. Aún así, crees posible hacer sin pretensiones?

    Gracias por la manzana verde. Armó un trío mosquetero con los dátiles y las almendras, y alli fueron a vivir el día, animados.

    :

    Libros de arte. Cuál?

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    1. Gracias por dialogar conmigo, gracias por contarme las cosas que me vas contando poco a poco. algunas veces intento hilvanarlas, unirlas de algún modo aleatorio, como hago con las piedras en la playa.
      Aquí la gente también come en el cine, el mundo entero se parece cada día más.
      sabes? hubo un día en que abandoné la ambición, así de claro, recuerdo aquel día, ese día creí comprender cómo empezar a ser feliz. Sin ambición, sin pretensiones, quizás te lo cuente si puedo, me gustaría que fuese en una mañana azul con dátiles, almendras y manzanas verdes...
      Ojeo libros de historia del arte, me pierdo en el barroco, en el medievo, en el renacimiento. Los ensayos los leo y me ayudan a buscar. La primera emoción a partir de ahora que me cause un libro de arte te la haré saber.

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