sobre las cosas del vivir
viernes, 3 de febrero de 2012
un prosecco...
Un prosecco y un panino en Venecia.
Cuando viajo, suelo volver siempre al mismo sitio si he encontrado lo que buscaba, la gente no lo hace y cuando viaja va siempre a otro lugar, parece que se pierde el tiempo si se repite, creo que tienen razón y hacen bien en ir a la búsqueda de otras cosas, pero cuando yo viajo hago lo que quiero y quiero volver. No me importa perderme otras cosas que quizás no llegue nunca a descubrir, de todos modos es imposible conocerlo todo.
En Venecia descubrí el primer día una terraza junto a un canal, era un sitio increíblemente tranquilo, sin bullicio ni turistas, seis mesitas al borde del canal y una especie de quiosco donde tenía que entrar a pedir mi prosecco y mi panino, me sentaba en una mesa al sol y allí leía o dibujaba y dejaba pasar las horas del medio día en un sueño fantástico, estar en Venecia junto a un canal tomando un prosecco al sol del invierno.
Repetir lo bueno nunca me ha parecido una mala idea.
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A mí tampoco, también recuerdo una placita de esas que te encuentras por sorpresa (la única vez que estuve en Venecia) y te aseguro que me gustaría volver. Tú que eres tan “proustiana”, recuerdo que Proust habla, o mejor dicho escribe, sobre “la costumbre” (en el sentido de hacerse con el sitio, con el espacio, con el lugar) cuando uno ya no tiene que preocuparse por situarse en lo nuevo y puede empezar a disfrutar.R.
ResponderEliminarR, muchas gracias siempre por decirme cosas que me ayudan a comprender mejor lo que aveces solo intuyo. Recuerdas cuando me dijiste que siempre que se huye se llega a algún sitio? Desde entonces siempre que huyo me acuerdo de ti.
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