sobre las cosas del vivir



lunes, 27 de febrero de 2012

gente rara...



Hay gente rara en todas partes, algunas veces en los lugares más extraños aparecen como por arte de magia.
¿Cuantas pisadas raras habrán roto el mármol?
Es un pasillo en un palacio. Los palacios también son raros, sobre todo ahora cuando pasan por las estancias raras turistas normales y ya no vive la auténtica gente rara que los habitaron. Sin embargo aún se puede identificar a la gente rara. No es rara por su aspecto la gente rara, he descubierto que la verdadera gente rara no intenta llamar la atención, aunque siempre, sin duda, se distingue del resto y de algún modo brilla.

Por un pasillo de mármol oigo el taconeo de unas botas negras y se eclipsa el murmullo. Alguien pasa a mi lado dejando en el aire su huella rara.

3 comentarios:

  1. Yo se que tu llevas botas negras....

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    1. Es cierto, yo suelo llevar también botas negras, aunque no sé quién eres, anónimo.

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  2. Una vez escribí un cuento al que llamé Black Leather Boots. Mucho antes de ver una imagen que contar, lo que escuché fue el sonido de unas pisadas y su eco...Era de madrugada, y me senté a esperar si veía algo. Quién caminaría a esta hora, como paseándose de un lado a otro? Me dije hay ansiedad en esas pisadas, o irritación, no puedo distinguirlo. Dejé de respirar. Las pisadas se detuvieron. Tengo que mirar.

    Black leather boots in the heart of a train station.

    Las llevaba Albert Eichmann como agujas de reloj sistematicamente banales.

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