Las nubes, como muchas cosas en la vida, suelen sorprenderme. Me sorprenden algunas personas y casi todos los animales. Me sorprende el tiempo y como pasa rápido o muy lento, me sorprenden las piedras, las palabras y algunos besos. Me sorprenden las risas y cuando las risas nacen de los recuerdos, me sorprenden las lágrimas si no las espero. Me sorprende siempre el mar y el amor.
Era un anochecer limpio, subía por la carretera de curvas que me lleva al pueblo, me sorprendió el galopar de las nubes bajas conquistando el cielo.
La luna las miraba también, sorprendida como yo.
Sorprenderse es una cualidad de los que nos sentimos vivos. Yo también me sorprendo con las nubes y con la luna, y me encanta tu capacidad de sorprenderte.
ResponderEliminarla sorpresa, Gabriel, como otras muchas sensaciones hay que cultivarla, abriendo los ojos y los sentidos, no crees?
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