sobre las cosas del vivir



miércoles, 29 de febrero de 2012

adrián...



Adrián con apenas cuatro años me dibujó, para él yo era entonces grande y tenía unas extrañas manos que se extendían por el espacio como cuerpos, como montañas o como flores, mi cabeza era amarilla, tenía el pelo largo y horizontal, parecido al mar y un vestido rojo y verde, se dibujó a si mismo pequeño y marrón bajo mi brazo extraño, a mi sombra. Aquella tarde estuvimos dibujando en el suelo, llovía y no pudimos ir a los columpios del parque. Se sentó sobre el papel grande y se concentró, me miró y sin dudar trazó líneas firmes y seguras después coloreó con el pincel, mojándolo en la acuarela, sin pensar. Para explicar lo que había hecho escribió torpemente nuestros nombres.

Intenté aprender de él, yo no se si cuando fui niña era capaz de dibujar así, ahora no, no podría hacer un dibujo tan bueno.

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