sobre las cosas del vivir
viernes, 22 de marzo de 2013
22 de marzo...
El 22 de marzo mi padre cumple años, hoy. Fue el día en que murió su madre y desde que se hizo viejo él piensa que en éste día se va a morir. El año pasado lo pensó tan fuerte que casi fue verdad, después le soltó la mano a la muerte y la dejó ir, yo también la vi alejarse y dejarlo aquí un poco más.
Es viejo mi padre pero sigue siendo guapo, tiene ese tipo de belleza y elegancia que no pasan con los años porque no dependen de la edad. Me gustan sus manos, sus ojos verdes, su postura, su forma de vestir y de hablar. Me sorprende sobre todo cuando lo veo de lejos, si no fuese mi padre también lo miraría porque es especial.
Suele estar triste, no porque sea viejo, siempre fue así, es una tristeza suave, aprendida quizás, la trae de lejos como su buen gusto, su gran conocimiento del arte, sus gestos o su forma de callar.
Va siempre con Don Pío, su perrito, su compañero, dice que lo quiere con toda su alma, es una frase que repite, a mi también me quiere con toda su alma y me lo dice cada día, no conozco a nadie que diga tan a menudo "con toda mi alma", en realidad no conozco a nadie que hable del alma, es una palabra antigua, olvidada, grande y hermosa que me hace pensar en él.
Pienso mucho en él, en mi padre, cada vez pienso más en él y me asusta porque lo pienso como a un recuerdo, eso pasa con las personas viejas, uno no se atreve a pensarlas más allá.
Cuando estoy a su lado suelo sentir calma. Le gusta enseñarme tesoros que nunca he visto, los va sacando misteriosamente de los cajones, ¿cómo puede tener tantos tesoros escondidos?, un anillo, un camafeo de mi abuela, una talla en nácar, una cruz de plata, un collar. Todo me lo ofrece y a todo le digo que no porque yo sé que disfruta volviéndolo a guardar.
Hoy entre los tesoros ha encontrado un dibujo mío de hace muchos años. Una de las muchas acuarelas que he hecho de Venecia con góndolas, San Marcos al fondo y el gran canal, le ha dado la vuelta y he leído: "22 de marzo de 1999, éste año no puede ser pero te prometo que te llevaré a Venecia conmigo. Felicidades, papá".
Yo había olvidado ese dibujo y esa promesa (¿cuántas promesas habré olvidado?).
Con su dulce tristeza me ha dicho: "ya no iremos a Venecia".
Pero te llevaré siempre en mi, vaya donde vaya, porque te quiero con toda mi alma.
Felicidades, papá.
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Eres única, seguro que te pareces mucho a él.Gracias por compartirlo
ResponderEliminarEn el verde de los ojos, en el amor al arte, en la tristeza algunos días, quizás en eso me parezco a él. Gracias a ti, Isa por dejarme compartir contigo esto y tantas otras cosas!
EliminarHoy me ha gustado especialmente leerte... Qué grato es el padre que describes. Del alma es tu amor por él.
ResponderEliminarFelicidades
:
Quisiera quedarme un rato más aqui... pero llevo apuro y no lograré decir más que esto: a veces me parece que tu vida es la mía, por lo diferente a la mía que es.
Me ha emocionado tu comentario, no logro decir más...
EliminarDeberiamos todos usar más amenudo la palabra alma. Me ha hecho pensar que realmente querer con toda el alma es querer de verdad. Voy a intentar decirlo a partir de ahora. M.
ResponderEliminarM? Gracias por tu comentario, me hace muy muy feliz pensar que alguien va a comenzar a decir esa preciosa frase, que estoy segura hace crecer el alma...
EliminarLas personas como tú, que están en armonía con los suyos, transmiten un no se qué especial. Me ha parecido bellísimo tu comentario sobre tu padre. Besos.
ResponderEliminarGracias, Gabriel, tú transmites siempre ese no sé qué especial que dices, siempre lo transmitiste, no sabes lo feliz que me hace ver tus palabras.
EliminarAuguri a tuo padre.
ResponderEliminarAdesso ho capito perché ami Venezia.
Grazie, Paolo, impossibile non amare Venezia, Venezia è un sogno, come sei fortunato di vivere così vicino a quel bellissimo sogno!
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