sobre las cosas del vivir



sábado, 30 de marzo de 2013

cosas prácticas (dos)...



Seguramente es muy práctica una batidora en la cocina y un congelador, es muy práctico un suelo de baldosas de gres, fácil de limpiar, la madera no es práctica, pero andar descalzo da alegría y felicidad. No es práctico poner flores en los jarrones, hay que cambiarles el agua y se marchitan siempre al final, pero la flores en los jarrones ayudan a decorar la vida y dan también alegría y felicidad. No es nada práctico encender la chimenea si se tiene otro modo de calentar, pero creo que en una noche de invierno no hay nada que dé más amor y felicidad. Dicen que es muy práctica la comida precocinada, los platos de plástico y los manteles de papel, todo de usar y tirar, no lo sé, pero si tengo que celebrar algo quiero pensar en qué comeremos y cocinar, quiero lavar los platos, encender las velas y poner los vasos de cristal. Dicen también que es muy práctico y cómodo un chandal, tampoco lo sé, nunca he tenido uno, pienso que vestirse es un modo de ser y de hablar. Es muy práctico llevar el pelo corto, vivir cerca de donde se trabaja e ir frecuentemente al médico, por prevenir. Es práctico ser prudente, conformarse, no perder el tiempo, ni soñar ni jugar.

Tal y como lo siento no es nada práctico vivir ni disfrutar.

(En la foto el baño de mi casa, nada práctico, sin azulejos, con el suelo de madera, libros y cuadros y con un gran pie de escayola que me recuerda que amo el arte (nada práctico) y que tengo que avanzar)


jueves, 28 de marzo de 2013

cosas prácticas...



Últimamente camino más, voy al monte o a la playa y me pierdo algunos días entre las calles de la ciudad, pero no tengo zapatos deportivos, nunca los uso, salgo valiente al campo o salto por las rocas de los acantilados con mis botitas de horma tejana, o con las otras, las de ante marrón; en verano uso sandalias y llevo siempre algún collar, un anillo de granate y los labios rojos. Cuando estoy sola en casa también llevo algún collar, el anillo de granate y los labios rojos, pero en casa voy descalza aunque dejo siempre unos zapatos de tacón cerca del sofá, algunas veces me los pongo cuando me levanto, doy algunos pasos como si bailase, sonrío y me los vuelvo a quitar.

De entre las cosas que hacen un poco más hermosa y creíble la vida, de entre esas que dan felicidad, hay muchas que evidentemente no son nada cómodas ni prácticas.


martes, 26 de marzo de 2013

río rojo...



Tú quieres que fluya el río rojo, que arrastre, que truene, que encuentre un remanso y luego siga, ¿siempre?. Tú quereres que pase entre las rocas, que se convierta en una línea leve como una lágrima, llanto rojo, suspiro rojo y que crezca otra vez. Tú quieres lanzarte. Quieres espumas y olas, atravesarlo todo. La tierra roja, las nubes rojas y la piel.

Yo bajé por el río rojo y he llegado al Mar.




domingo, 24 de marzo de 2013

primavera...



Tengo en la cocina un cuadernito pequeño de pastas duras donde escribí las recetas de mi madre. Aún recuerdo aquellas tardes, nos sentábamos en la terraza y ella me iba dictando las recetas de los platos que solíamos comer. Entonces yo pensaba que algún día tendría hijos a los que querría hacer el pudding en navidades, la sopa de rape, el bacalao o el aspic. Mientras escribía las recetas, entre risas, le decía a mi madre que les hablaría de ella a mis hijos para que no muriese nunca y ella se sentía feliz. No he tenido hijos y casi nunca cocino, aunque algunas veces abro el cuadernito y leo sus recetas, como si leyese un cuento o la historia familiar.
Hoy para celebrar la primavera he decidido cocinar, he disfrutado mucho cortando la cebolla, triturando las almendras y cociendo el pescado, con todo el cariño del que he sido capaz he hecho una comida como las que hacía mi madre, de las de verdad.

Antes de poner la mesa salí contenta a buscar unas flores en el prado que hay detrás.


viernes, 22 de marzo de 2013

22 de marzo...



El 22 de marzo mi padre cumple años, hoy. Fue el día en que murió su madre y desde que se hizo viejo él piensa que en éste día se va a morir. El año pasado lo pensó tan fuerte que casi fue verdad, después le soltó la mano a la muerte y la dejó ir, yo también la vi alejarse y dejarlo aquí un poco más.
Es viejo mi padre pero sigue siendo guapo, tiene ese tipo de belleza y elegancia que no pasan con los años porque no dependen de la edad. Me gustan sus manos, sus ojos verdes, su postura, su forma de vestir y de hablar. Me sorprende sobre todo cuando lo veo de lejos, si no fuese mi padre también lo miraría porque es especial.
Suele estar triste, no porque sea viejo, siempre fue así, es una tristeza suave, aprendida quizás, la trae de lejos como su buen gusto, su gran conocimiento del arte, sus gestos o su forma de callar.
Va siempre con Don Pío, su perrito, su compañero, dice que lo quiere con toda su alma, es una frase que repite, a mi también me quiere con toda su alma y me lo dice cada día, no conozco a nadie que diga tan a menudo "con toda mi alma", en realidad no conozco a nadie que hable del alma, es una palabra antigua, olvidada, grande y hermosa que me hace pensar en él.
Pienso mucho en él, en mi padre, cada vez pienso más en él y me asusta porque lo pienso como a un recuerdo, eso pasa con las personas viejas, uno no se atreve a pensarlas más allá.
Cuando estoy a su lado suelo sentir calma. Le gusta enseñarme tesoros que nunca he visto, los va sacando misteriosamente de los cajones, ¿cómo puede tener tantos tesoros escondidos?, un anillo, un camafeo de mi abuela, una talla en nácar, una cruz de plata, un collar. Todo me lo ofrece y a todo le digo que no porque yo sé que disfruta volviéndolo a guardar.
Hoy entre los tesoros ha encontrado un dibujo mío de hace muchos años. Una de las muchas acuarelas que he hecho de Venecia con góndolas, San Marcos al fondo y el gran canal, le ha dado la vuelta y he leído: "22 de marzo de 1999, éste año no puede ser pero te prometo que te llevaré a Venecia conmigo. Felicidades, papá".
Yo había olvidado ese dibujo y esa promesa (¿cuántas promesas habré olvidado?).
Con su dulce tristeza me ha dicho: "ya no iremos a Venecia".

Pero te llevaré siempre en mi, vaya donde vaya, porque te quiero con toda mi alma.
Felicidades, papá.


martes, 19 de marzo de 2013

los deseos...


Hoy amaneció muy gris y de nuevo frío. Yo había deseado mucho un día de sol que me diese alegría.
Extrañamente no me sentí desilusionada ni triste; al ver las nubes sonreí y me acurruqué entre las sábanas. Cuando bajé a hacerme el café me alegré de ver las gotitas de lluvia caer en la fuente. No eché de menos el sol cuando caminé por la calle húmeda siguiendo el rastro de los naranjos que ya tenían azahar.
Hoy tengo la sensación de haber aprendido algo muy importante.

Aunque había deseado mucho me sentí muy feliz al ver que mi deseo no se cumplía, no son los deseos los que dan la felicidad.



domingo, 17 de marzo de 2013

adelfos...





"Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron,
soy de la raza mora, vieja amiga del sol,
que todo lo ganaron y todo lo perdieron,
tengo el alma de nardo del árabe español.

Mi voluntad se ha muerto en una noche de luna
en la que era muy hermoso no pensar ni querer..."

Adelfos
(Manuel Machado)


Me asomé por el hueco en una muralla de la Alhambra. Vi toda la historia y lo comprendí todo.
Me vinieron a la memoria aquellos versos aprendidos en la infancia - entonces aún no sabía el por qué -

era muy hermoso no pensar ni querer.





jueves, 14 de marzo de 2013

ilusiones...


Pequeñas ilusiones...
Que los días se vayan haciendo más largos y al salir de clase vea el cielo todavía un poquito azul o violeta.
Que cuando llegue la primavera por las mañanas pueda ir al mar, nadar en el agua fría y tumbarme sobre la arena caliente. Acariciar a mi perra que es suave. Descansar que es dulce. Al estar con amigos que surja la risa que es alegre. Mi patio pequeño con su fuente que es fresca. Mi casita blanca. El mar es una pequeña ilusión infinita.
Grandes ilusiones...
Comprender, aceptar, perdonar. 
Comprenderme, aceptarme, perdonarme. 
No perder la curiosidad ni las ganas de aprender. Jugar. Respetar, dar, admirar, callar, reír, amar.
Ilusiones enormes...
Equilibrio, serenidad. Alegría. Amor.

(La pequeñas ilusiones son adjetivos. Las grandes ilusiones son verbos. Las ilusiones enormes son sustantivos). 
Las voy a escribir en un papel, como se escribe una carta, y  las lanzaré todas al mar para que lleguen lejos.


martes, 12 de marzo de 2013

con algunas personas...



Con algunas personas se siente una gran alegría. Al verlas y tenerlas cerca el mundo se ilumina. Querríamos hablarlo todo con ellas y darles lo que tenemos. Otras personas sin embargo cuando llegan lo oscurecen todo, uno no sabe qué decir, las cosas parecen más feas, no se tiene ilusión ni interés por nada. Cuando llegan esas personas lo mejor es irse.
Lo más triste de todo es cuando estas dos cosas suceden con la misma persona, primero fueron el centro de tu vida, te iluminaron y después te ensombrecieron y se convirtieron en un recuerdo gris. Es muy triste y difícil de comprender, pero puede pasar en una vida.

Como cuando en un día azul llega una nube negra y se oscurece todo.


domingo, 10 de marzo de 2013

el tiempo...


"El tiempo vencido por la experiencia, el amor y la belleza"

(Detalle)
Simon Vouet. 

La experiencia coronada de flores ríe y baila sujetando un garfio, la belleza con los pechos desnudos y perlas amenaza con una lanza, el amor pequeño arranca las plumas de las alas del tiempo viejo y vencido.
Es un cuadro barroco.
Todos los domingos tienen horas tristes, son estas horas lánguidas del atardecer. Todos los domingos quiero huir, (¿ya lo he dicho?), no siempre son los paseos por el monte o las olas del mar las que me alejan, no siempre son los sueños. Algunas veces las horas tristes del atardecer me llevan a ojear libros o revistas elegidos y abiertos al azar. El azar y la tristeza para huir.
Más que el cuadro barroco me ha hecho detenerme el título, y pensar. Como muchas otras veces, más que la imagen la palabra. 
¿Vencido el tiempo por la experiencia, el amor y la belleza? Te equivocas Vouet.

Todo el amor, toda la belleza y toda la experiencia han sido y serán siempre vencidos por el tiempo que pasa. Invencible.


jueves, 7 de marzo de 2013

mis derechos...



"En la extensa enumeración de los derechos del hombre hay dos puntos muy importantes que han sido olvidados, que son el derecho a contradecirse y el derecho a irse."
 (Baudelaire)


Tengo derecho a contradecirme y tengo derecho a irme.
Hoy soy más libre, más yo sin remordimiento, más feliz.

Gracias Baudelaire.



martes, 5 de marzo de 2013

las mujeres soñamos amor...



Las mujeres soñamos amor. Apenas nos miran ya soñamos, antes de analizar la mirada, antes de saber si las sombras se alargan por la acera, antes de ver si hay moscas en la cocina ya soñamos amor.
Y después a las mujeres se nos caen las lágrimas a raudales.

Los sueños duelen casi siempre.


viernes, 1 de marzo de 2013

mi cocina...



Mi cocina es tan pequeña que parece de juguete. La quiero así, me gusta jugar. En mi cocina de juguete no hay lavavajillas, ni horno, ni batidora. No hay cajones donde guardar los cubiertos y no tiene extractor de humos. Todas esas cosas son consideradas necesarias en las cocinas de verdad, pero como mi vida no es del todo verdad yo no necesito tantas cosas. En realidad a medida que pasa el tiempo voy necesitando cada vez menos cosas de verdad y me voy inventando más juegos.
En mi cocina de juguete en vez de tener azulejos, que son muy prácticos y fáciles de limpiar, tengo un cuadro que son libros y así, mientras espero por las mañanas a que se haga el café, miro los lomos pintados que encierran todas las historias que yo quiera imaginar. Aunque tengo muy poco espacio en mi cocina de juguete lo desaprovecho poniendo flores y cuando tengo que cortar la fruta o los tomates me río de mi misma porque me caen pétalos a la ensalada.
Normalmente estoy sola en esta casita blanca y en mi cocina de juguete juego a hacer platos cuidando sobretodo que sean bonitos, tengo muy en cuenta la vajilla, los colores y los espacios vacíos, pero si alguna vez viene alguien intento rellenar un poco más los espacios vacíos porque me da mucha vergüenza que la gente se quede con hambre, aunque me temo que eso suele pasar. Esa gente que a veces viene y que seguramente se queda con hambre tras comer mis preciosos platos de juguete me dice siempre que por qué no tengo  cajones para los cubiertos o extractor, yo ya me he cansado de dar explicaciones, después de todo no todo el mundo sabe jugar a los mismos juegos ni considera importantes las mismas cosas.

Me he acostumbrado a jugar sola y las cosas que considero importantes caben todas en mis juegos y en mi pequeña vida de juguete.