sobre las cosas del vivir



martes, 26 de febrero de 2013

poesías...


poema escrito con 12 años


Cuando fue pequeña escribió muchas poesías, después se perdieron porque en aquella familia se perdía todo. Es curioso, hay familias ordenadas donde las cosas parecen tener un sitio preciso, incluso un futuro; las personas también.
Ella miraba a veces esas otras familias tan distintas a la suya y se preguntaba por qué. Volvía a su casa grande llena de cosas hermosas que se iban perdiendo en el transcurrir de los días y de los años.
Cuando fue pequeña escribió muchas poesías y muchas historias tristes, también fue consciente de que se perdería todo.

Ahora sólo quedan algunas de aquellas palabras encontradas por azar entre los libros y la memoria que es, como su vida, insegura y desordenada.



domingo, 24 de febrero de 2013

un racimo de uvas...



Ven, voy a contarte algo. Mira este racimo de uvas que he puesto sobre la mesa. Pasa con las uvas, pero también con muchas otras cosas. Nos pasa a todos, que nos hacemos mayores cuando dejamos de sorprendernos.
A mi las uvas me sorprendían siempre, por eso me gustaban tanto, podía pasar los veranos alimentándome de mar, de uvas y sol.
Me iba al sol después del mar, cada uva que metía en la boca me sorprendía y reía. Pero un día me hice mayor y comencé a comer las uvas como si comiese cualquier otra cosa, cuando te haces mayor ya no te sorprendes y ríes menos, la imaginación no vuela con las cosas que ya no te sorpenden, ni con cada uva que explota cuando la muerdes como si mordieras el mundo, mundos chiquitos que te caben en la boca.
Ven, comamos estas uvas como si fuesen las primeras, ríe conmigo, hablemos de mar, de uvas, de mundos chiquitos y de sol.
Deja que me sorprenda durante un racimo de uvas.

Deja que crea (durante un racimo de uvas) que no me he hecho mayor. 


jueves, 21 de febrero de 2013

brotes...



Ha brotado el jazmín!
El prunus también ha amanecido lleno de pequeñas hojas tiernas.
Aún es febrero y se han abierto las yemas para renacer.
Este año la vida tiene muchas ganas de vivir.

Voy a mirarme al espejo por si descubro en mis ojos brotes de ilusión.


martes, 19 de febrero de 2013

un gesto...

Fragmento de una foto de Richard Avedon.


Un gesto elegante, divertido, artificial, fácil, inestable.
No será necesario hablar, las miradas sonarán a música. Los adornos tendrán el valor de la originalidad y el buen gusto, nada será costoso, se evitarán las piedras preciosas. Unas hojas, unas flores y el vino que servirá para humedecer los labios justo antes de un susurro, de una sonrisa 

o un beso.

domingo, 17 de febrero de 2013

domingo...



La calle que hay detrás de esta casa no tiene salida, acaba en un muro blanco. Asoman una higuera, un mimoso que ahora está amarillo y unos cañaverales. Desde la calle no se ve el campo pero se intuye y cuando caen unas gotas de lluvia huele a lo que huelen la tierra y la hierba húmeda, a aventura, a ganas de correr, a niñez y a felicidad.
Hoy es domingo, los domingos quiero huir. He saltado ese muro blanco y he paseado al atardecer por un sendero muy pequeño entre matorrales muy altos. He cortado algunas margaritas silvestres, tomillo y unas ramas de romero, también unas florecillas blancas diminutas como mis lágrimas.
Al volver las he puesto en un jarrón en la cocina y ahora la casa huele a campo cuando llueve, a niñez y a felicidad.

Cuando huyo no necesito irme demasiado lejos.



viernes, 15 de febrero de 2013

absurdo...


"Convirtamos la vida en un absurdo de este a oeste."
Fernando Pessoa

No iré, no atravesaré el mundo de oeste a este. No te buscaré para no encontrarte, no puedo perder el último deseo.
No me sueñes ni dejes de hablar, no te escondas ni te muestres. No quiero verte para que te parezcas a ti.
No vengas tú, no atravieses el mar de este a oeste. No me busques ni me encuentres, tengo aún que parecerme a mi.
En fin, convirtamos la vida en un absurdo.

Pero, por favor, deja la luz encendida.


jueves, 14 de febrero de 2013

dos cosas...



Me quedan dos cosas por hacer. 
Una es larga y complicada: vivir.
La otra es reconocerte, 

cosa de un instante.



martes, 12 de febrero de 2013

algún día...



Tendré una casa blanca, será pequeña y de muros muy gruesos que me aislarán del frío y del calor. Sobre la casa habrá un cielo muy azul aunque algunas veces lo cruzarán nubes negras.
La casa blanca y pequeña estará cerca de un río, bajo unas montañas que en invierno estarán nevadas, habrá almendros y vinagretas por el campo y más al sur el mar; cuando lleguen las primaveras yo iré al mar, habrá una playa grande y solitaria, nadaré, pasarán delfines cerca de la orilla y yo me sentiré muy feliz.
En la casa tendré una fuente en un patio pequeño donde crecerá un jazmín. En verano el aroma dulce me inundará al anochecer, pondré las florecitas blancas en copas de cristal por toda la casa. Tendré una terraza con muchas estrellas y soñaré como cuando era niña y tenía aún tantos deseos. En invierno cuando esté cansada al final del día me tumbaré en el sofá a jugar con las sombras que hace el fuego, oiré música suave y miraré las vigas del techo que a veces se moverán como olas blancas.

Cuando en un segundo de lucidez  uno es consciente de estar viviendo un viejo sueño que algún día soñó.

domingo, 10 de febrero de 2013

el final...



Hubiera querido contarte la misma historia muchas veces. Bajo el cielo azul, mientras oíamos el tintineo de la fuente y las sombras se alargaban lentamente hasta cubrirnos los pies.
Yo sonreiría entonces y comenzaría de nuevo a la luz de la luna, confundiendo las palabras con el canto de los grillos. Hubiera querido empezar otra vez la historia bajo la lluvia y llorar al final.

Ya sabes que el final siempre me llena de melancolía.


jueves, 7 de febrero de 2013

tiempo libre...



Tengo mucho tiempo libre, hay pocas personas que dicen esto con orgullo. Normalmente todo el mundo se queja de que les falta tiempo o si tienen demasiado tiempo tienden a callar, como si tener tiempo libre fuese vergonzoso.
Yo me siento realmente afortunada de tener un trabajo que me permite tener tanto tiempo libre.
Creo que la gente llena su tiempo con muchas actividades encadenadas sin descanso porque ser capaz de disfrutar del tiempo libre y sobretodo de la soledad no es fácil, hasta que aprendes y comprendes, entonces el tiempo libre en soledad se convierte en un tesoro.
Yo disfruto de las mañanas libres, me despierto sin prisas con la luz del día y sonrío porque me siento feliz de no tener que correr, voy realizando mis pequeñas actividades cotidianas como si fuesen muy importantes, en realidad lo son. Paso las horas en mi estudio saltando sin orden de una cosa a otra, de un libro a otro, del pasado al futuro, cerrando de vez en cuando los ojos para saborear el presente.

Hace muchos años que comencé a disfrutar del tiempo libre y de la soledad. Desde que perdí la ambición o desde que comprendí que mi ambición era ser capaz de gozar del tiempo que pasa.

lunes, 4 de febrero de 2013

el picnic...



Mi madre sacó del trastero una antigua cesta de pic-nic, buscamos platos y vasos que se ajustasen a los bolsillos que eran dos tiras cruzadas de cuero, metimos dentro cubiertos, dos tarritos de cristal para sal y pimienta, miramos en el armario de los manteles buscando uno de cuadritos rojos, pero no lo encontramos y decidimos entre ella yo que podíamos llevar uno de lino con flores bordadas. Junto a la cesta pusimos un papel donde cada uno tenía que escribir lo que quería comer ese día, tortilla de patatas, tomates, aceitunas, salchichón de Málaga, anchoas, rabanillos, yo escribí pepino con sal, era lo único que me apetecía.
La noche anterior preparamos todos juntos la ropa que nos pondríamos para ir al campo, habría un río y las botas tenían que ser fuertes porque subiríamos una montaña muy alta. Yo mentí en mi mochilita un cuaderno de dibujo y los lápices de colores, la cesta que era muy grande y pesaba mucho la llevaría papá.
Por la noche me despertó la tormenta, me levanté con ganas de llorar y entré en el cuarto de mis padres, le dije a mi madre al oído que estaba lloviendo mucho y que no podríamos ir de pic-nic, me dijo, duérmete, te prometo que iremos de todos modos.
No dejó de llover, el día era tan negro que tuvimos que encender la luz de la cocina para desayunar, nos pusimos nuestra ropa de campo y salimos al patio, entre todos metimos las macetas y las pusimos en el pasillo dejando un círculo en el centro, allí extendió mi madre el mantel de lino con margaritas bordadas y abrimos la cesta, comimos en aquel campo imaginario junto a aquel río, yo hice el dibujo de una hortensia, saltábamos el río a pata coja pisando sólo las losetas negras, después de comer mi padre se tumbó y apoyó la cabeza en las piernas de mi madre, fumaron un cigarrillo a medias mientras ella le acariciaba el pelo. Fue el mejor día de campo que recuerdo, en el pasillo de la casa de la alameda.

De mi madre aquel día aprendí que, pase lo que pase, es posible ser feliz.


viernes, 1 de febrero de 2013

mi sueño...

Fragmento de una foto de KiKi. (Man Ray)

Mi sueño antiguo se despierta cuando duermo, o cuando finjo dormir intentando engañar este tiempo que no pasa. El otro tiempo pasó demasiado rápido.

Ahora quedan las sombras que dejó y me entretengo en descifrar sus delicadas huellas.