sobre las cosas del vivir
domingo, 28 de octubre de 2012
árboles enormes...
Siendo muy joven viviste en una gran ciudad gris en el norte de Italia. Cuando eras muy joven a tu soledad aún no la cuidabas ni la amabas como la amas ahora. Intentabas callarla o confundirla llevándola de paseo, metiéndola a la fuerza en un cine, obligándola a entrar en tiendas donde era imposible comprar nada, porque cuando eras muy joven y vivías en una gran ciudad gris intentando ganarte la vida cuidando niños, trabajando de camarera, haciendo camas en un hotel, para ahorrar y poder estudiar lo que creías que querrías hacer, a la soledad no la podías distraer con compras ni viajes. A la soledad la arrastrabas por las calles que parecían entonces más grises de lo que en realidad son y la sentabas a tu lado en una escalinata mirando a la gente pasar y pensabas que casi nadie llevaba a su soledad al lado en aquella mañana de domingo, llevaban a sus novios o a sus amigos o a sus padres. Tú no tenías cerca a nadie con quién pasear en aquella mañana de domingo, en aquel primer otoño.Tu soledad estaba tan triste y dudaba tanto como tú y las dos, tu soledad y tú, os ibais despacio al parque y os tumbabais sobre la hierba a mirar el cielo a través de los árboles enormes.
Habéis cambiado mucho tu soledad y tú, lo sabes porque cuando miras el cielo a través de árboles enormes nunca lloras.
martes, 23 de octubre de 2012
se escriben con a...
Acuarela. Azul. El azul del cielo, el del mar hasta que se funde en él. El azul muy oscuro de la noche. Angustia, alegría, es curioso porque son lo opuesto. Amarillo, absurdo, amargo, aislar.
Alma, que no tiene color ni forma y es enorme.
Acariciar, acunar. Alas para volar. Amigo. Árboles. Animales.
Acurrucarse, adormecerse, abandonarse cuando se siente placer, abandonar cuando ya no se quiere.
Aire para vivir.
Admirar, acercarse, alejarse también se escribe con "A" aunque sea lo contrario. Alzar, azar, amenazar. Abeja, azahar, ameno, armonía.
Agua para vivir.
Aroma, ayuda, amante, amarse para vivir.
Aspirar, asumir, aceptar. América, África, muchos lugares lejanos se escriben con "A".
Aburrido, ancla, atar. Acelerar el coche o el final de una situación si ya no se tiene interés ni ganas.
Astro, amapola, antaño, alberca, andar. Aprender.
Avanzar para vivir.
Amor.
domingo, 21 de octubre de 2012
marfil...
Apenas mide dos centímetros esta imagen, una miniatura pintada sobre marfil.
Siempre estuvo en la casa, la recuerdo desde siempre, muda, mirándome desde alguna esquina.
Alguien del pasado, quizás sus genes, si existieron, están en mi.
Siempre que veo una pintura pienso en cómo se puede idealizar la realidad.
Me pierdo en esa mirada dulce y oscura, estaba enamorada del pintor que la miró, nadie la había mirado nunca de ese modo.
¿Sabemos mirar a quien miramos? Es la mirada de quien nos mira la que nos hace enamorarnos. No es la persona ni lo que vemos en ella, es el cómo nos mira una mirada y nos hace sentir quién somos en realidad.
Ella miró al pintor y se enamoró de él. Él dejó su imagen en un trozo de marfil, idealizada, ausente, perdida en el tiempo perdura, mucho más que ninguna otra cosa, más de lo que duró la vida o el amor.
Yo creo en la vida aunque no dura, y en el amor cuando nace y muere por una mirada. Como ésta que aún llevo en mi, aunque sea oscura y mis ojos verdes, la reconozco algunas veces cuando atardece.
jueves, 18 de octubre de 2012
vanitas...
Caravaggio. Detalle de San Jerónimo escribiendo.
"Escribir sobre arte es un acto de vanidad" dice John Berger en el libro que tengo entre manos esta mañana, "Sobre el dibujo".
Recuerdo entonces la pintura de vanitas y busco en el barroco a Caravaggio. Representar la fugacidad y vanidad de la vida, recordar la inevitabilidad de la muerte.
Volver a mirar las imágenes que en otros momentos me enseñaron a comprender lo que cada día olvido. Tantos actos de vanidad cada día!
Escribir será un acto de vanidad, hablar de cierta forma, confiar, esperar, recordar, creer, muchas veces hacer es un acto de vanidad, o no hacer, o no hablar, o no esperar, o no creer, suponer, olvidar, comparar, sentir, o no sentir será también un acto de vanidad.
Pero mirar el arte en silencio hasta que escuece no es un acto de vanidad.
Al menos hoy no lo es.
martes, 16 de octubre de 2012
mi olivo...
Entre los chinos de la terraza brotó pequeño e indefenso un olivo. Apenas dos centímetros de tallo y tres hojas puntiagudas y descaradas cuando lo vi.
Alguien tiraría entre los chinos un hueso de aceituna en alguna mañana de sol cuando invité a unos amigos a tomar unas cervezas. Bajo los chinos de la terraza no hay tierra. Hay que tener muchas ganas de vivir para brotar entre piedras, sin tierra ni agua.
Con todo el amor y la ternura de la que soy capaz, saqué el brote de olivo y lo planté en una maceta. Desde entonces lo cuido con todo el amor y la ternura de la que soy capaz.
Ha ido creciendo y haciéndose fuerte porque quería vivir, yo lo he ido cambiando de maceta y algunas veces, con todo el amor, lo he olvidado durante meses porque el olvido hace fuerte y ayuda a crecer.
Ayer vi que tenía algunas aceitunas ya maduras.
Me sorprende la fuerza de la vida y el tiempo que pasa.
Son de un azul violáceo, aterciopeladas, frágiles, seguramente amargas, duras, efímeras, preciosas. Son como tiempo que pasa.
domingo, 14 de octubre de 2012
el viento...
El viento baja, sube, arrastra, vuela y hace volar la espuma de las olas.
El mar aturdido tintinea de plata y lágrimas.
Como yo.
miércoles, 10 de octubre de 2012
rosas blancas...
Ni la gente ni el murmullo importan. Importa la luz y el color, la textura, la transparencia, la pincelada.
Una exposición que es un jardín, caminar ante los cuadros es pasear por un jardín donde él, Sorolla, nos enseña sus rincones, ciertos ángulos, los colores, determinadas sombras, la luz.
Es un placer visitar este jardín hecho de muchos jardines.
Es un placer volver a gozar de la pintura sin grandes preocupaciones ni pretensiones. Para él, Sorolla, pintar era un placer. Aquí he vuelto a saber que si alguien hace algo por placer, con placer, complace inevitablemente.
Cuánto placer perder la mirada entre unas rosas blancas cortadas en el jardín de Sorolla.
lunes, 8 de octubre de 2012
gente preciosa...
En el mar cuando se acercan los delfines siempre te hacen feliz. Los delfines transmiten alegría y ganas de vivir. Vienen, te acompañan, juegan contigo o para ti. Sonríen y después se van. La felicidad que trajeron se queda un tiempo, la emoción, la sonrisa en los labios, la magia, algo parecido a la fe sigue flotando en el agua cuando se van.
Todo eso sucede también cuando en la vida se te acerca gente preciosa, como los delfines son mágicas, transmiten alegría y ganas de vivir.
Cuando se van dejan flotando en el aire algo parecido a la felicidad.
viernes, 5 de octubre de 2012
el arte de callar...
"Sólo se debe dejar de callar cuando se tiene algo que decir más valioso que el silencio."
De entre todas las cosas que tengo escondidas en mis horas de soledad es el silencio una de las que más valoro. Mi silencio. Sin embargo reconozco que no se callar, aún no se. Cuando estoy sola lo intento, voy poco a poco haciendo callar muchos pensamientos de esos que llegan sin avisar disfrazados de recuerdos o de deseos, algunas veces se creen importantes esos pensamientos y vienen gritando o recitando frases que parecen verdaderas, intento callarlos dulcemente diciéndoles en un susurro, eres sólo un pensamiento, cállate y vete o duerme.
Pero después, cuando la vida me lleva lejos de la soledad no se callar, aún no se. Me arrepiento tantas veces de tantas palabras.
"Hay un tiempo para callar, igual que hay un tiempo para hablar. El tiempo de callar debe ser el primero conológicamente; y nunca se sabrá hablar bien, si antes no se ha aprendido a callar."
Callar es un arte. ¿Será cierto que para aprender nunca es tarde?
Quiero aprender a callar.
miércoles, 3 de octubre de 2012
un amor enorme...
Algunas veces, no pasa a menudo, en el mar te cruzas con un tronco enorme. Puede ser muy peligroso.
Algunas veces, no pasa a menudo, en la vida te cruzas con un amor enorme. También puede ser muy peligroso.
El tronco va a la deriva, tú crees que llevas un rumbo y el azar os pone cerca, puede pasar que tu barco sea frágil y se esté hundiendo, o que ya se haya hundido y tú seas un náufrago. Entonces te agarras a ese amor que el azar te ha mandado, le das tu vida para que te salve la vida. Puede pasar también que tú vayas en tu barco distraído, mirando el sol o el horizonte y chocas contra el tronco enorme. Amor enorme. Entonces quizás haga agua tu vida y pierdes el rumbo o el sentido de las cosas.
Lo más normal, sin embargo, es que el amor enorme pase cerca, lo suficientemente cerca como para hacerte vibrar y virar de golpe, intentas evitarlo para salvar lo que crees que eres, para seguir yendo donde crees que vas.
Después se aleja y te preguntas, mientras lo ves flotar acariciando las olas, de dónde venía, qué lo trajo hasta ti. ¿no vendría a salvarte? porqué lo has dejado marchar, ¿a dónde va?
Al amor enorme el mar se lo lleva también y con el tiempo, generalmente, lo olvidas.
lunes, 1 de octubre de 2012
luna...
La luna llena lo llena todo esta noche. Hay un murmullo en el silencio. Las hojas que crujen bajo la brisa, las hormigas, los suspiros, las palabras que no se han dicho, todo resuena bajo la luna. No hay música. En realidad es casi silencio.
Aunque al fondo el mar no para de romper olas.
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