sobre las cosas del vivir



martes, 27 de marzo de 2012

azahar...





Las primeras gotas de lluvia huelen generalmente a tristeza aunque a veces puede ser que hagan ilusión y den risa. El humo de la chimenea huele a refugio, dan ganas de tumbarse sobre la alfombra y amar. El humo del tabaco sin embargo huele a noches de bar, a conversaciones aburridas, a "no, no me quiero ir contigo". El tónico de agua de rosas huele a abuela, a abrazos blanditos, a cuentos, a "quiero ser como tú cuando sea mayor". Las palomitas huelen a cine. El vino tinto huele a madera y dicen que a frutos del bosque, a "brindo por nosotros". La hierba buena huele a patio pequeño, al tintineo de una fuente, a un poema que habla de una leyenda oriental. El jazmín huele a noche de verano junto al mar, a "quiero bañarme en el rayo de la luna". Hay personas que huelen tan bien que dan ganas de besarlas, otras personas huelen rancio y dan ganas de olvidarlas. El mar huele a todo lo bueno que puede haber. El olor del pan tostado por la mañana dan ganas de levantarse. El limón huele a alegría. Un cachorrito huele a leche caliente. Ciertas comidas huelen que alimentan. Al entrar en algunas casas o en algunas habitaciones huele mal y dan ganas de irse. Hay sitios que huelen a gloria y uno se quedaría allí toda la vida.

Es primavera y el azahar huele a felicidad.

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