sobre las cosas del vivir



lunes, 26 de marzo de 2012

escalera...



Salió el libro rodando por las escaleras. Habían llamado a la puerta, nadie llama nunca a esa hora, llamaron y bajé corriendo, estaba descalza, estaba sola, estaba esperando, casi siempre se espera cuando se está solo, aunque en el fondo se sabe que no vendrá nadie, se espera, también se esperan los milagros. Estaba claro que no era un milagro quien llamaba a la puerta en aquella mañana de primavera, los milagros no hacen toc toc. Si un milagro llamase a la puerta llamaría con música, con flores, con un verso o con una broma que me hiciese reír hasta las lágrimas. No era un milagro, seguro, pero bajé corriendo las escaleras, salió rodando el libro, bajé los escalones de dos en dos, no quería llegar demasiado tarde, por si acaso era un milagro aunque hiciese toc toc. La esperanza es lo último que se pierde.

Abrí la puerta ilusionada pero ya no había nadie.

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