La chimenea, por ejemplo. Ahora la miro y me parece perfecta, orgullosa, recortada en este cielo azul.
Cuando rehabilité esta casa donde vivo, en un pueblo pequeño entre el mar y la montaña, recuerdo que dudé mucho a la hora de hacer la chimenea, investigué, hice fotos a todas las chimeneas que veía, recorrí urbanizaciones y rebusqué en revistas de decoración y libros de arquitectura, hacer una chimenea no es tan fácil. Tenía una libreta donde iba haciendo dibujos de todas las ideas, había al menos tres hojas llenas de apuntes de chimeneas.
La mañana en la que había que decidir llevé toda mi documentación y comencé a enseñársela a Paco, el albañil que me estaba haciendo la obra. Paco tenía esos ojos que saben mirar con una mezcla de atención e ironía, no sabia nunca cuando le explicaba mis ideas si me comprendía o si se burlaba de mi. También eran unos ojos dulces y serenos que me transmitían confianza, por eso quizás salió tan bien la obra, porque confié en sus ojos (y en su capacidad de poner ladrillos). Le mostré a Paco las fotos y los dibujos de las chimeneas que me gustaban, le di medidas y al final le pregunté su opinión.
Me miró con aquellos ojos burlones y me dijo, "¿no has mirado las chimeneas antiguas que se hacían en este pueblo?". Desde mi terraza se ven los tejados del pueblo, un pueblo al sur, muy al sur de Granada, en las casas más viejas se veía siempre el mismo modelo de chimenea, simple, perfecta, hecha con 5 tejas. ¿Como no había visto esas chimeneas si las tenía delante?
Recogí mis dibujos y mis medidas y no tuve que decir nada más. Se hizo la chimenea que la casa necesitaba. Ahora la miro y me alegra haber sido capaz de descubrir lo que tenía cerca y no veía. Lo vi gracias a los ojos de Paco el albañil. Pero desde entonces me esfuerzo mucho más en no ir mirando tan lejos.
Eres afortunada porque mucha gente busca desesperadamente algo que sin saberlo, ha tenido siempre al lado, pero como la costumbre hace que ni siquiera veamos lo que tenemos cerca, sólo acertamos a equivocarnos y a perder lo que anhelamos.
ResponderEliminarMe fijaré en tu chimenea en nuestra próxima cena.
Esto no esta escrito con las manos, esta escrito con el "sentío". Con unas letras y 5 tejas me has hecho llorar.
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